A) Introducción del autor
Soy el Capitán de Fragata de EM. SP. Rodrigo Alfredo Rivadeneira Suárez. Me gradué como Teniente de Corbeta en la Escuela Naval de Cartagena (Colombia), con la especialidad de Ejecutivo Naval. Presté servicios en la Armada del Ecuador, comandando lanchas patrulleras, buques de desembarco y unidades de la Escuadra Naval. Culminé mi carrera como Edecán Naval del Presidente José María Velasco Ibarra, Jefe de la Casa Militar y primer Subsecretario de Pesca del Ministerio de Recursos Naturales, cargo desde el cual gestioné lo que hoy se conoce como “La Guerra del Atún”.
B) Antecedentes generales
En abril de 1972, luego del cambio de gobierno, se me encargó colaborar con el Ministerio de Recursos Naturales para gestionar un préstamo del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), otorgado en 1968 por cinco millones de dólares para el desarrollo pesquero. A la llegada de funcionarios del BIRF, descubrimos que los cinco programas planificados no se habían ejecutado. Trabajamos para aplicar dichos fondos y propusimos un nuevo Plan de Desarrollo Pesquero Integral, que incluyó la creación de la Subsecretaría de Recursos Pesqueros (cargo que asumí), la Ley de Recursos Pesqueros y su reglamento, y la fundación del Consejo Nacional de Desarrollo Pesquero.
C) Antecedentes particulares
La “Guerra del Atún” fue el enfrentamiento diplomático entre el Ecuador y la flota atunera norteamericana en 1971. Desde mi posición en la Subsecretaría de Recursos Pesqueros, trabajé en la redacción de la Ley de Pesca y su aplicación, haciendo respetar nuestras 200 millas de mar territorial, reconocidas por la Declaración de Santiago (1952), firmada por Chile, Perú y Ecuador.
La Armada Nacional, en coordinación con mi despacho, procedió a capturar buques pesqueros que ingresaban sin permiso. Esto generó una tensión internacional, especialmente con los Estados Unidos, cuya flota atunera se preparaba para ingresar al territorio marítimo ecuatoriano con intenciones desafiantes.
D) La Guerra del Atún
En noviembre de 1971, el Cónsul en San Francisco advirtió del inminente zarpe de la flota atunera norteamericana hacia aguas ecuatorianas. Se organizó un Centro de Comando Operativo, con representantes de la Cancillería, Armada Nacional y el Instituto Nacional de Pesca. Se delinearon instrucciones claras:
• La Armada debía movilizar buques de combate, excluyendo aquellos adquiridos por ley de préstamos con EE. UU.
• Se solicitó a la Marina Mercante informar la posición de los buques.
• Se activaron canales diplomáticos con los cónsules ecuatorianos en el Pacífico Norte.
Cuando los buques se acercaron, tomé contacto directo con el embajador de EE. UU. para manejar la situación con confidencialidad y evitar confrontaciones armadas.
E) Objetivos estratégicos y políticos
Objetivo estratégico 1: Hacer frente a los buques de la flota atunera y defender la soberanía nacional.
Objetivo estratégico 2: Evitar enfrentamientos armados que pudieran causar víctimas o consecuencias diplomáticas.
Objetivo político: Impedir que la situación se politice o sea utilizada por grupos opositores al Gobierno Militar, preservando relaciones con EE. UU.
F) Etapas del operativo
Primera etapa: Diplomática
Mantuve coordinación constante con la Embajada de los EE. UU., estableciendo un canal de comunicación para reaccionar rápidamente ante cualquier incidente.
Segunda etapa: Acción naval
La Armada organizó la Escuadra Naval con los destructores Presidente Velasco Ibarra y Presidente Eloy Alfaro, además de una flotilla de lanchas torpederas de fabricación alemana. Estas últimas fueron desplegadas estratégicamente para sorprender a la flota. La Aviación Naval realizó vuelos de patrullaje, detectando a 8 buques pescando dentro de las 18 millas, que fueron escoltados hacia la rada de Salinas sin incidentes. Otros 21 buques también fueron localizados y acompañados hacia el puerto.
Este despliegue, sin violencia y con perfecta coordinación, fue un éxito operativo que justificó plenamente las adquisiciones navales.
Tercera etapa: Tratamiento a la flota atunera
En Salinas, los capitanes de los buques fueron recibidos por una comisión binacional. Tras dialogar, pagaron las multas respectivas, adquirieron combustible y víveres, y se les otorgaron permisos de pesca antes de continuar sus faenas.
G) Análisis final
Se lograron los objetivos propuestos:
1. Se evitó un conflicto armado.
2. Se preservaron las relaciones diplomáticas con EE. UU.
3. Se protegió la soberanía marítima del país.
4. Se mantuvo la confidencialidad del conflicto, el cual sigue siendo desconocido para gran parte de la población.
Este hecho, aunque no difundido públicamente, fue de gran importancia estratégica para el Ecuador y demuestra el valor de la diplomacia y la firmeza militar en defensa de los intereses nacionales.